Uno de los padres del pueblo romano fue Eneas. Gracias a la obra de Virgilio, máximo poeta latino, conocemos el mito de Eneas. Según el cual, el joven troyano fue uno de los sobrevivientes dela guerra de Troya. Luego de un largo peregrinaje, este fundaría un pueblo en la península itálica: Roma.
La historia temprana de Eneas
Eneas tuvo por madre a la diosa Venus y por padre a Anquises. Cantaban los poetas que uno de los descendientes de Tros, padre de Troya tuvo por hijo a Anquises. Este fue un joven tan agraciado que Venus lo encontró descansando en un prado y se enamoró de él. Aquella unión daría por fruto al infante Eneas. Como castigo, Júpiter descargó uno de sus rayos contra Anquises. Dejándolo ciego o cojo, según la versión del mito.
Por petición de Venus, el infante Eneas fue educado por el centauro Quirón. Antes de que el hijo de Anquises viviera con su padre, fue encomendado a las ninfas del monte Ida. Además de ser protegido por estos espíritus, recibió instrucción de parte del legendario y sabio centauro Quirón. Siendo todavía un niño, fue devuelto a su padre para que lo educase en la mítica Troya. Así pues, cuando alcanzó la edad adulta Eneas se convirtió en un héroe troyano.
Eneas en la guerra troyana
Eneas combatió en la guerra de Troya, siendo salvado en ocasiones por los dioses. De acuerdo con el poema de Homero, Eneas estuvo a punto de morir a manos de Diomedes. Por fortuna, Venus rescató a su hijo y fue herida gravemente por el guerrero griego. Más adelante, cuando los helenos toman Troya, Neptuno salva de nueva cuenta a Eneas de la furia de Aquiles. Sin embargo, Troya estaba condenada y Eneas tuvo que escapar con su familia. Es muy famosa la escena de la ciudad en llamas, con el héroe cargando a su padre en la espalda y sujetando de la mano a su hijo pequeño.
En sueños, a Eneas le fue revelado que sería el fundador de una gran nación en el Occidente. Siguiendo el poema de Virgilio, Eneas perdió a su mujer Creúsa mientras escapaban de la ciudad en llamas. Con esta mujer, hija de Príamo –último rey troyano–, tuvo por hijo a Ascanio. Así pues durante el exilio, el espíritu de su mujer le reveló debía dirigirse a la región de Lacio para fundar una nación. Los dioses que habían apoyado a los griegos durante la guerra hicieron atravesar numerosas peripecias a los hombres de Eneas.
La fundación de una gran nación
Después de muchos años, Eneas llegó a la región de Lacio. Una vez en la costa itálica, el héroe encontró que la región era gobernada por Latinus, rey de los latinos. Según los oráculos, Lavinia, hija del rey, debía casarse con un extranjero y fundar una gran nación. Pronto aparecieron los opositores, entre ellos Turno, quien deseaba casarse con Lavinia y ser el siguiente rey. Así comenzó una brutal guerra por la mano de Lavinia y el poder de la región. En el combate final, Eneas arrebata la vida de Turno a causa de una profanación de este.
Tras la victoria, Eneas desposa a Lavinia y su descendencia funda Alba Longa. El matrimonio con Lavinia dio por fruto a Silvio, siendo este el hermano de menor de Ascanio. Sería este último quien fundaría la mítica Alba Longa, pueblo antecesor de Roma. En este punto se justifica el mito de Eneas, pues Rea Silva es descendiente de Ascanio y esta daría a luz a los gemelos Rómulo y Remo. En suma, los fundadores de Roma fueron descendientes tanto de Eneas como de Marte. El destino divino de Roma estaba trazado desde tiempos antiquísimos.