Mito del Cóndor Casamentero

En algunas comunidades rurales de Ecuador se cuida a las jovencitas para que no sean raptadas por el Cóndor Casamentero y las convierta en consorte.

Mito del condor casamentero

Hoy en día en las comunidades rurales más remotas del Ecuador se cuenta el mito del Cóndor Casamentero. Este relato Kichwa comienza cuando una joven pastorcita salía con sus llamas a pastar en el campo. Cerca de ella, apareció un hombre elegantemente vestido. Destacaba el atuendo negro y formal de este caballero, a mitad de la nada. Sin embargo, la joven no tuvo este razonamiento; al contrario, se alegró al verlo porque podría pasar el arroyo con ayuda. Así pues, la muchachita pidió apoyo al hombre, quien no articulaba ni una palabra.

El Cóndor Casamentero rapta a una pastora

La joven pastora descubrió muy tarde que se trataba del Cóndor Casamentero y fue raptada. En un inicio, el hombre extendió cada una de sus piernas a los costados del río. Después, con una fuerza descomunal, cargó cada una de las llamas y las puso del otro lado del río. Esto mismo hizo  con el perro, pero no con la niña. Cuando el extraño la tuvo en sus brazos, sacudió su cuerpo y dos grandes alas aparecieron. Junto con la señorita se elevó por los cielos hasta alcanzar una cumbre muy alta e inaccesible para los hombres.

A pesar de que el perro dio aviso a los padres, nunca pudieron salvarla del Cóndor Casamentero. Aquella tarde el perro de la pastora volvió a casa montando gran alboroto, de modo que los padres comprendieron que algo malo había pasado. Desafortunadamente, por más que buscaron por los campos y montañas no lograron encontrarlo. Un tiempo después consiguieron vera a la hija en el nido de una altísima peña. El cóndor la había hecho su esposa y no había forma de subir hasta allá y rescatarla. Así que la dejaron ahí para que la muchacha para sus días como conyugue del pajarraco. Esta historia sirve para prevenir a otras muchachas.

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