El mito griego de Pegaso

El mito del caballo alado -Pegaso- es uno de los más reconocidos de la mitología griega que involucran un animal, de connotaciones «celestiales» o mágicas.

Pegaso es descrito como un caballo alado en la mitología griega. Considerado como el primer caballo que se encontró en el Olimpo, habitando entre los dioses. Se dice que Pegaso nació a partir de un chorro de sangre que saltó de la cabeza de la monstruosa Medusa cuando el héroe Perseo la cortó.

Este caballo alado suele estar vinculado comúnmente con Belerofonte,  héroe griego que acabó con Quimera, un monstruo con diversas cabezas que aterrorizaba a la población de Licia. También a lomos de Pegaso, Belerofonte logró vencer a Las Amazonas, un pueblo antiguo de mujeres guerreras.

Pegaso

Se dice que cuando el héroe Belerofonte al fin muere, el caballo alado, Pegaso, regresó al hogar de los dioses, el Olimpo; donde se encontraba su verdadero propietario, el dios de la tierra y el cielo: Zeus.

Otro relato mitológico en el que se suele mencionar a Pegaso es el conflicto entre Poseidón, dios de los mares, y el Monte Helicón. Esto sucedió cuando las hijas del rey Píero decidieron arribar al monte para retar a las nueve Musas. Debido al hermoso canto de las Musas el Monte Helicón comenzó a crecer, aproximándose al cielo.

Percatándose de esto, Poseidón envió a Pegaso para que diera una coz en un lado del monte, por lo que éste regresó al tamaño que tenía antes. En el sitio en el que el caballo alado golpeó al monte se originó una fuente denominada Hipocrene (hippos era caballo en griego antiguo).

Finalmente, Zeus decidió inmortalizar a Pegaso transformándolo en una constelación. Se dice que al momento en que Zeus eleva a Pegaso hacia la esfera celestial, una de las plumas del equino se desprendió y cayó sobre la tierra, de donde se dice que la ciudad de Tarso (en la actual Turquía) adoptó su nombre.

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