Leyenda de la laguna de Iguaque

Los habitantes de Boyacá saben que la laguna de Iguaque está encantada y es culpable de muchos ahogamientos. Sin embargo, los turistas viajan para comprobar su maldición.

Leyenda de la laguna de iguaque

Los pobladores ancianos del departamento de Boyacá, Colombia, conocen a la perfección la leyenda de la laguna de Iguaque. Los relatos más viejos dicen que de esa laguna surgieron la madre Bachué y su hijo. Por esta razón, al ser progenitora de dioses, la laguna está encantada. Hace mucho tiempo, antes de la invasión turística, cuando la gente arrojaba una piedra a la laguna, el agua se volcaba hacia afuera. Por esta razón, muchos lugareños la conocen como la laguna brava. Así pues, cuando la no se volcaba el agua hacia afuera para zarandear a los traviesos, se nublaba. Súbitamente, una lluvia torrencial daba inicio.

La laguna de Iguaque perdió su bravura

Los venerables ancianos del pueblo creen que la laguna de Iguaque ya no es brava como antes. Como consecuencia de la fama, pronto vinieron turistas de todas partes. Ante la presencia de invasores la laguna perdió su fuerza. Así que sí hoy se lanza una piedra al agua, ya no habrá castigo. Lo que pasó es que los estudiosos sacaron del fondo del agua los abundantes tesoros de oro. Una vez que el agua perdió los valiosos objetos, su magia también desapareció. Quienes vieron encantos y portentos son afortunados puesto que esto no sucede más.

La laguna de Iguaque fue víctima de una “salación”, algún tipo de maleficio o profanación. Más de un poblador dice que “le echaron sal” y por eso las aguas han mermado. La cantidad de agua que hay en el lago es muy poca, también abundan las sequías. Probablemente, la laguna brava castiga a los hombres por haberla profanado. Ya no hay más lluvias generosas, las cosechas son pobres, el alimento escasea. Todo indica que la laguna sigue molesta, tal vez un día las aguas se vuelvan a volcar y sólo así calme su coraje.

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