En uno de los muchos relatos orales de África se cuenta el mito de Bingo y el camaleón. En aquella ocasión Bingo se ocultaba en lo más profundo de una caverna. Esto debe a que su padre Nzamé lo buscaba por la tierra para matarlo y comer su corazón. Así que durante la persecución, el señor Nzamé encontró a un camaleón. A este reptil le preguntó sobre Bingo, pero el lagarto no quiso problemas y respondió poco. Con muy poca información y molesto, el dios se fue y siguió buscando por la selva. Mientras tanto, el camaleón fue a avisar a Bingo.
El ingenio de Bingo y el camaleón
Al saber que su padre estaba cerca, Bingo tramó un plan muy ingenioso. Por lo cual, el joven dios salió de la caverna por un camino de piedra para no dejar huellas. Una vez en la selva, el muchacho caminó hacia atrás, dejando huellas en sentido opuesto. De vuelta en la cueva pidió a la araña que tejiera una gran red, donde atraparon muchos insectos. Por su parte, Nzamé encontró a una serpiente que delató el escondite de Bingo en la cueva. Pero al llegar, el señor notó que la entrada estaba sellada y que las huellas se alejaban. Bingo y el camaleón lo habían engañado.Según el mito de Bingo y el camaleón, el padre Nzamé se retiró a buscarlo por toda la selva. Como recompensa, Bingo le otorgó al camaleón el poder para cambiar de color a su antojo. Por esta razón, dicha especie de lagartos puede disfrazarse muy bien. En cuanto a la araña, esta no quiso nada y fue recompensada con buena fama. Por este motivo, algunas tribus africanas la consideran como símbolo de fortuna. Por último, Nzamé se cansó de buscar a Bingo por la selva. De esta forma Bingo pudo enseñar las buenas tradiciones a todos los hombres.