Mito de los cerros y la mama Tungurahua

Este mito nos cuenta sobre la infidelidad de la mama Tungurahua con el cerro Altar. También nos dice cómo el señor Chimborazo los puso en su lugar gracias a su poder.

Mito de los cerros y la mama tungurahua

Para los pueblos kichwas de Ecuador, los cerros son seres divinos con personalidades distintas, lo que da origen al mito de los cerros. Según cuentan los ancianos de las aldeas, las montañas tienen personalidades diferentes. Algunos de los montes son sabios y ancianos; otros, jóvenes y mujeriegos; otros más, mezquinos y poderosos. De esta forma, hoy en se sabe que cuando las nubes se acumulan en su cúspide es porque están pensativos. Pero cuando cae un fulguroso trueno, en la cabaña saben que el monte está furioso. En cambio, cuando lleve es porque están alegres y benefician a los hombres.

Mito de los cerros Tungurahua y Chimborazo

De acuerdo con el mito de los cerros, la mama Tungurahua estaba casada con el tata Chimborazo, un cerro colosal. Sin embargo, Tungurahua engañó por un tiempo a su esposo con otro cerro llamado Altar. Si bien pudieron amarse en secreto por un tiempo, el Chimborazo los vio desde las alturas gracias a su tamaño. Este hecho llevó a la cólera al marido celoso y remetió contra el amante Altar. Como era de esperarse, el Chimbarazo le propinaba un salvaje tunda. Fue tal la ira del esposo que un tercer cerro entró a defender al mujeriego, el Carihuairazo. Sin embargo, ni con la fuerza de ambos pudieron frenarlo.

Hoy se sabe, gracias al mito de los cerros, que tanto el cerro Altar como el Carihuairazo yacen destruidos. Lo que sucedió es que la tunda que les dio el taita Chimborazo los dejó con grandes cráteres y deslaves. Por su parte, la mama Tungurahua cada vez que recuerda el incidente se llena de coraje y exhala humo. Sin embargo, el monte Chimborazo ya la perdonó y conserva toda su majestuosidad. No es vano que estos montes compitan en devoción contra los santos cristianos de hoy.

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